SOLO LAS PALABRAS QUE MERECEN EXISTIR, SON LAS PALABRAS MEJORES QUE EL SILENCIO.

lunes, 26 de marzo de 2012

La poesía no hay que entenderla, hay que vivirla apasionadamente, igual que el amor, que todas las emociones que nos atraviesan, la poesía nos dice en cada signo, nos significa, nos eleva a un mundo alejado de la mediocridad, nos nombra en el silencio...


amd.



martes, 20 de marzo de 2012

Lo que ustedes no saben mi queridas amigas es que yo se leer a las personas, no saben que una palabra encierra todos los significados posibles, pero cuando se trata de preconceptos establecidos por esa manera de ser, tan parejita, tan equilibrada, tan limitada por los propios limites que ustedes se imponen, esa sola palabra baja rodando como una bola de nieve que en el trayecto se convierte en aluvión, hasta estallar en la cara de quién escribe. Y es que ustedes, mi amigas, son tan normales, siempre con la palabra justa, siempre midiendo lo que se debe decir y lo que no, que cuando el subconsciente despierta se vuelve irrefrenable. Y es justamente en ese lugar donde yo entro a leerlas, a viajar por la sangre de sus vidas tan chiquitas, tan justas en medida y peso, tan perfectamente diagramadas, como si el solo hecho de manifestarse dentro de los convencionalismos, hiciera de ustedes seres que disfrutan en la esfera de una ciudad sitiada por mediocres. Me espanta la dimensión con que ven la vida, la confusión de su Yo que riñe con su Ello, pareciera que no saben que aunque hablen poco, tarde o temprano el Ello las traiciona y entonces se les arma una torre de babel que no logran ordenar ni siquiera pidiendo disculpas. Tal vez ni se han dado cuenta, a veces opto por pensar eso, en un acto de piedad hacia ustedes, ¿qué más puedo hacer?, no me queda otra que creer que no saben lo que dicen, tan mesuradas, tan midiendo por lo bajo las truculentas pasiones que me caracterizan, tan creyendo que soy la Mata Hari que ustedes no pudieron ser, ¡qué pena ser tan prejuiciosas! que tengan pensamientos tan mezquinos, que no tengan capacidad de adentrarse en el individuo para descubrir de que fibra está compuesto, ese es un esfuerzo que no puedo reclamarles, al fin y al cabo, solo las atrevidas somos capaces de leer al otro, y esa es una condición que se forma viviendo la calle, ese lugar que ustedes temen… no podría ser de otra manera mis adoradas compañeras, la vida, la sutil, la monstruosa, la lacerante, la que te parte cada noche y vuelve a unirte al otro día con un cigarrillo en la boca y un café humeante para escapar de las sombras del pensamiento que las tinieblas del significado marcan en mi memoria, esa vida, esa que ustedes no conocen, justamente es la que me enseña a comprender el por qué de sus pruritos…

Ana Danich