SOLO LAS PALABRAS QUE MERECEN EXISTIR, SON LAS PALABRAS MEJORES QUE EL SILENCIO.

jueves, 25 de abril de 2013


Qué brille el monstruo / qué embista la furia y descuartice el hueso / cada uno crepite en la hoguera del aullido / su substancia descuajada / Hay que arrancarle los ojos / hay que trepanarlo  y vea / el lirio negro de la parca / derrame  su líquido viscoso /  en la alcantarilla mórbida /  la corriente  diluye / mueve sus huesitos hacia el fango de ese rio /  su palabra pegada a las cenizas / abrazando los cuerpos del olvido / tan pegaditos unos  a otros / un Osario sobre el limo  de la cuenca  / cavidad de orines y batracios / endurece la gravedad su esencia / el rojo tatuaje de piedra.

Ana danich 25 de Abril de 2013

viernes, 19 de abril de 2013

"Territorio Hostil"



Desde este territorio sembrado de dudas,
desde la boca caliente que escupe la palabra,
la arroja al  suelo y la pisa / la atormenta,
a veces la maldice por no saber decir
o por decir lo que fue dicho…

No repartas premios en mi cara
no derrames tu mentira /
tu pirámide de banalidades /
sobre el mundo socavado.

Otros /
también pisan maldiciendo,
escarbando en la tierra del lenguaje,
en los órganos blandos
que se agitan  /  estremecen
el interior de los cuerpos
también maltratados y escupidos
por tanta necedad / tanta mentira,
cerebro / corazón / útero…

Desde este territorio inacabado,
 este miedo de no poder decir
lo que  otros ya  dijeron…¡ay!

No te arrogues el calendario de mis días,
no hablaré de sangre ni de rojos,
no hablaré de  misterio o dolor,
la palabra muere al salir de mi boca
y cae desmembrada  a la tierra
por no poder  decir de otra manera
lo que alguna vez fue dicho y ¡NO!.



Ana Danich (de: Cuerpo de Piedra)






II

terminar el poema acariciando su textura / cantarlo con voces que estallan desde adentro / gozarlo en la acabada parición de su fin / el placer envuelve mi mirada y la cobija / entregarlo al mundo de fauces hambrientas / perturbar el ojo que divisa la línea / dejar que lo mastiquen con sus dientes afilados / todo allí es devorado / luego el silencio / la caída al vacío

"Sugerencias para un buen maquillaje"



I

pulir la piel hasta que sangre / esconder las ojeras de la noche / cubrir las espinillas existentes / y los vasos sanguíneos que perturban al otro / qué no se note el signo en la frente / golpecitos en los pómulos para disimular  el tormento / nadie debe darse cuenta / tallar las cejas en posición atroz / deben temerle / tonos oscuros en el contorno de sus ojos / un párpado de flecha que apunte al ángulo exacto / el dolor del otro / puede ser cualquier color /  prefiera el negro de la muerte / si los labios son finos ¡márquelos! / dibuje una mueca / (oculte la locura que la acecha) / con esa misma boca devore a su presa / o será devorada


Ana Danich - (de: Cuerpo de Piedra)

"SI MIS HUESOS"



Si mis huesos hablaran, te dirían:
que iba de viaje por territorios extranjeros,
y  bajando los peldaños de una cueva
cuando carpo y metacarpo se asían a una roca
que tímida sobresalía en la humedad del suelo,
ermitaños de luces y fanfarrias
llegaron titubeantes al final de la escalera
y tocaron sin querer un rostro helado
de otros huesos que ya sin expresión
miraban desde sus órbitas mi mano,
guiando a mi esqueleto que bajaba
por los peldaños de esa cueva extraña.
Si mis huesos hablaran, te dirían
que al llegar hasta ese hueco cenagoso
percibieron grabada sobre el hierro
de una estatua de águila milenaria
una señal.
Era un pimpollo de rosa fulgurante
cincelada en mágico pentagrama, destellaba
 en su cabeza de pájaro majestuoso
palabras que mi entendimiento oscurecía.
En cárceles de otro lenguaje me encontraba,
sin embargo, sabes lector, mi mano la intuía…
Si mis huesos hablaran, te dirían:
que el pimpollo de  rosa iluminó
mi esqueleto a medida que avanzaba
y tocaban con su carpo y metacarpo
el grabado en el hierro de esa águila,
¡sí! de metal su cabeza, mas no el trazo
de una rosa fulgurante entre las sombras.
Esa bolsa de huesos  bajaba los peldaños,
tarso y metatarso rozaron  brusco flujo
de un agua corrosiva que amputaba
el resto de los huesos que quedaban
del esqueleto que en franca pulsación
resbalaba en el musgo de esa caverna helada.
Si mis huesos hablaran, te dirían:
que no era yo sino mi sueño eterno
vagando en la ultratumba de las águilas
donde un pimpollo de rosa lanzado como flecha
quedó grabada igual que un himno en mi mortaja.
Pero mis huesos no hablan, ya son huesos,
nomas un esqueleto que baja a los infiernos
de una tierra extranjera que en su vientre
encierra un  pimpollo de rosa cincelada
en el círculo de un misterioso pentagrama.

Ana Danich  16 de Abril de 2013

"CUARTO CRECIENTE"



Sobre el rectángulo nupcial

la mano entre las piernas…

pende cual hilo entre sus labios

 saliva de cabras ordeñadas

serpentea entre las curvas

su cuarto creciente / la luna

bambolea  su contorno

satinada  badana  / la espalda.

Grácil antílope  ve al leopardo

que acecha su mirada

suave  descuaja la telilla

limón maduro entre los labios.

Eros,  rendido a su embrujo

besa los pies de la estatua

y gime entre paréntesis

la primera y anteúltima letra

del abecedario.

Ana Danich 22 de Enero de 2013