Sibila el viento sobre los techos,
látigos de
sal castigan
el lomo abultado de las cúpulas,
desarma las estatuas
y esparce sus memorias
en la hebra infinita del crepúsculo,
horizontal vierte su amargo cáliz
el ocaso,
se desvanece sin miradas
el quieto atardecer entre los muros,
mi mano acaricia el blanco lomo
de tu ausencia…
entre los pinos repiquetea el ángelus
eterno,
y acorralo las notas musicales
para tatuar con ellas, un collar
de perlas negras en mi cuello.
Ana Danich (de: Contemplación)
Ana Danich (de: Contemplación)
a Dolores
No hay comentarios:
Publicar un comentario