¿Qué importa que la piedra tropiece con el pie
y caiga abruptamente
sobre el escenario de muerte?
¿Qué importa que el convexo de sus formas
lastimadas en rajaduras de siglos
destile un líquido anaranjado de tierra?
¿Qué importa que ruede y caiga al precipicio
desmembrada
destile un líquido anaranjado de tierra?
¿Qué importa que ruede y caiga al precipicio
desmembrada
quebrada
entre las grietas?
¿Qué importa que haya condenado a las putas
que sirvieron lascivia
y los últimos vestigios hartos de humanidad
¿Qué importa que haya condenado a las putas
que sirvieron lascivia
y los últimos vestigios hartos de humanidad
en la mesa del hambre?
La piedra es la piedra,
La piedra es la piedra,
inmaculada.
En su dureza de pedernal
acecha al pie sumiso
que no aprendió a esquivar de otra manera,
la invasión del obstáculo en su trayecto.
Sos de piedra
que no aprendió a esquivar de otra manera,
la invasión del obstáculo en su trayecto.
Sos de piedra
-me dicen los que saben-
y arremeto feroz
y arremeto feroz
con los instintos…
Ana Danich (de: Cuerpo de Piedra)
No hay comentarios:
Publicar un comentario