En la alta noche cuando la bruma
teje con agujas afiladas su manto insomne
sobre la plateada arboleda del mundo
el olvido es fuego que arrasa.
Sus dedos desmenuzan la madera
la memoria es hoguera vacilante
busco diez formas de nombrarnos
sin las falaces excusas del encanto
sin
gritarnos cara a cara las verdades.
Más,
el olvido es fuego que arrasa
y
busco tu mirada en las rendijas…
es
un sol el que entra a despertarme
el
olvido ahora es ceniza que dispersa
su
polvo en la arboleda de los ciegos.
Yo
no veo / yo no veo ese sol
que
comienza a exorcizar mis ojos
quema
el último vestigio de la noche
cae
horizontal sobre la almohada
y a lo lejos se
suicidan las estrellas
la tuya Alfa Centauro y Betelgeuse la mía,
quizás Acrux
que signa la bóveda del cielo
y alumbró la
sombra atroz de María Magdalena
no dejes que me transforme en piedra
y ruede desmembrada en los caminos
no dejes que sea arena la obstinada
convierte en astro lo que el olvido / quiebra.
Ana Danich (de: Cuerpo de Piedra)
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