Un amigo tenía un mirlo, no sé si ha muerto. Cuando iba a su casa, hablaba más con el mirlo que con los invitados. Extrañezas de pájaros...
ana danich
Reconstrucción:
Tenía un amigo que no sé si murió. Un mirlo iba a su casa y hablaba con él, y con los invitados. Extraña los pájaros.
Un amigo tenía un mirlo. Iba a su casa, que no sé si murió. Más hablaba, más me extrañaban los pájaros. Y los invitados.
Tuve unos invitados que conversaban con los pájaros. Un amigo se extrañaba. No hablaba. Se iba a su casa. No sé si murieron.
Tuve una casa con un mirlo. Un amigo, que no sé si murió, hablaba con él. Sin invitados que se extrañaran.
Tuve un amigo que tenía una casa que tenía unos invitados que traían mirlos. Todos hablaban. Me extrañaba.
Tuve una casa con tantos invitados. Amigos. Mirlos. Extrañezas de pájaros. Se que moriré, casi no me importa.
Raúl Feroglio
Reconstrucción de la reconstrucción:
Extraño al mirlo. Mi amigo hablaba con él. Los invitados se morían de risa.
Los invitados iban a la casa de mi amigo. El mirlo se extrañaba. No sabía si ellos estaban muertos.
No me extraña que todos hablen en la casa de mi amigo. Incluso el mirlo.
Mi amigo no hablaba en su casa. Los invitados no hablaban en su casa. Sólo hablaba el mirlo.
Tanto hablarle del mirlo, mi gata se creyó uno. Salto por la cornisa. Pero no murió, porque voló.
En la casa de mi amigo fluían extrañezas de todo tipo. Cuando habría las ventanas, los invitados entraban, como si fueran mirlos.
Quién tenga un mirlo en su casa, si no habla con él, está muerto...
De extrañezas estoy hecha, mis amigos y sus invitados. Incluso el mirlo.
Extraño a mi amigo y a sus invitados. Huyeron con los pájaros. La casa se mata de risa. Si muero, lo único que me importa es que me extrañe el mirlo.
Ana Danich (de: Contemplación)
SOLO LAS PALABRAS QUE MERECEN EXISTIR, SON LAS PALABRAS MEJORES QUE EL SILENCIO.
jueves, 24 de julio de 2014
domingo, 20 de julio de 2014
Trece maneras de mirar un mirlo que puede ser el Wallace o el mío.
1
el río está quieto
¿habrá muerto un mirlo?
2
la belleza es el mirlo
y sus insinuaciones.
3
a la hora que el mirlo duerme
el círculo es una linea horizontal
en el límite.
4
sin cerros y sin nieve
el ojo del mirlo
reposa.
5
la pantomima del mirlo
solo en otoño
y lo breve.
6
un hombre y una mujer
pueden ser uno
volando junto al mirlo.
7
indescifrable es el mirlo
su vuelo
fantasía de hielo.
8
soy de un solo parecer
en la rama hay un mirlo
que se triplica
y dos espejos.
9
soy mujer
y un mirlo
escogió mi pie.
10
si un mirlo te complica
no bailes
observa.
11
en mi noche nieva un brillo
un mirlo atardece
su pico un farol
y la luz.
12
agudo grita el mirlo
¿escucharán los charlatanes?
13
Wallace, viajemos por Connecticut
los mirlos son cristales
bajo la luna sin equipaje
no tengo miedo.
Ana Danich (de: Contemplación)
el río está quieto
¿habrá muerto un mirlo?
2
la belleza es el mirlo
y sus insinuaciones.
3
a la hora que el mirlo duerme
el círculo es una linea horizontal
en el límite.
4
sin cerros y sin nieve
el ojo del mirlo
reposa.
5
la pantomima del mirlo
solo en otoño
y lo breve.
6
un hombre y una mujer
pueden ser uno
volando junto al mirlo.
7
indescifrable es el mirlo
su vuelo
fantasía de hielo.
8
soy de un solo parecer
en la rama hay un mirlo
que se triplica
y dos espejos.
9
soy mujer
y un mirlo
escogió mi pie.
10
si un mirlo te complica
no bailes
observa.
11
en mi noche nieva un brillo
un mirlo atardece
su pico un farol
y la luz.
12
agudo grita el mirlo
¿escucharán los charlatanes?
13
Wallace, viajemos por Connecticut
los mirlos son cristales
bajo la luna sin equipaje
no tengo miedo.
Ana Danich (de: Contemplación)
martes, 15 de julio de 2014
Haikus
Una mariposa
aletea
soy
trigo
endulzando
sus alas.
*
Una
abeja sobre el lirio
puede
abrir una herida
dulzura
en el aguijón.
Ana Danich (de: Contemplación)
PUTREFACCION DE LA MARIPOSA
No me importa acariciar
la sombra
que tiñe con sus
alas mi noche desértica.
Dos manos apretadas se
proyectan sobre la pared,
cuando era niña las
miraba y no entendía
por qué las alas se
movían como si estuvieran separadas
del cuerpo apaisado del
insecto.
Sediento de luz, de
aire, de tierra, de cielo,
golpeteando sus alitas
sobre el azul cavernoso del silencio,
y era dulce mirarlo
así,
era como si me
moviera entre dos mundos
como un pequeño animal
sin destino,
con un par de alas que
se resistían a ser atrapadas
por la lengua de cal de las paredes,
esas noches de invierno
en que la niña que fui
proyectaba sus manos
que intentaban volar.
Lo miro, parece una
capilla incendiada
que poco a poco irá
desapareciendo
detrás de la oscura
pantalla de la noche.
Un cuerpo aletargado por el insomnio,
descomponiéndose en
pequeños gránulos de colores,
putrefacto como el
aliento de un marinero come peces
de los mares del norte.
La criatura no
descendió bajo la lluvia de la mar,
la criatura tiene pegadas sus alas en la pared,
es una niebla que se
extingue, desdibuja la danza de los fuegos.
Es una tea que sucumbe en la noche de Santiago.
Las campanas de ninguna
iglesia pueden cerrar una herida,
Alejandra, mariposa.
En el aire restallan
sus alas incendiadas
y es una herida que no
puede cerrar
y es una herida que no
puede
y es una herida.
Ana Danich (de: Cuerpo de Piedra)
Ana Danich - (de Cuerpo de Piedra
(a Alejandra Pizarnik)
ESTE ES MI CUERPO
cuerpo mío, bruma, bocanada de la noche,
entenebrado,
cuerpo mío, elevándote trigal,
campo azotado por la mar,
cuerpo mío, salitre y algas,
hundida en tu fondo, fondeada como un barco,
cuerpo roto concebido al mundo, profanado
en la mesa del sacrificio,
sa cri fi ca do.
Pedregoso cuerpo mío, piedra en el camino,
ciénaga en que arrojo mis ojos vendados,
cuerpo mío, ¿quién tatuó tu vientre?
partición en fragmentos, cuerpo mío,
hostia insaciable en la boca del pecado,
cuerpo mío, insomne,
no caigas cuerpo mío,
cae
cae.
Ana Danich (de: Cuerpo de Piedra)
entenebrado,
cuerpo mío, elevándote trigal,
campo azotado por la mar,
cuerpo mío, salitre y algas,
hundida en tu fondo, fondeada como un barco,
cuerpo roto concebido al mundo, profanado
en la mesa del sacrificio,
sa cri fi ca do.
Pedregoso cuerpo mío, piedra en el camino,
ciénaga en que arrojo mis ojos vendados,
cuerpo mío, ¿quién tatuó tu vientre?
partición en fragmentos, cuerpo mío,
hostia insaciable en la boca del pecado,
cuerpo mío, insomne,
no caigas cuerpo mío,
cae
cae.
Ana Danich (de: Cuerpo de Piedra)
sábado, 12 de julio de 2014
HISTORIAS DE INDIA - ANIMALEANDO
Reportando humedad, llovizna y frío. No afuera, sino
adentro. Mi gata desquiciada, salta
entre los cables mojados de mi ciudad interior, ¿es necesario decir que es
negra?...
La mañana de este sábado zigzaguea como una serpiente de
agua entre los muros que alguna vez fueron rocas. La serpiente no tiene veneno, pero el hombre
la mata, por las dudas. Suelen tragarse a los pichones escondidos en sus nidos,
dicen los hombres temiendo ser
devorados por ella y por eso la matan.
Mi gata, de la que no es necesario decir que es negra,
también zigzaguea y salpica manchas de sombras en la pared, parece una serpentina de la noche que deja su estela en el aire cuando entra por la
ventana. El aire de hoy es ciclotímico, ahora se le ocurrió teñir de ocres la
luz de una lámpara arrinconada en la mesita de madera con pie de perro.
El perro que es pie de mesita, ladra tres: ¡guau guau guau! en tono
lastimero, él sí que se siente prisionero de la madera tallada. Me acerco y le
acaricio la cabeza, el mueve la cola de madera de roble y gime.
India que no es ninguna hindú sino una india con sus
patitas mojadas en el río Paraná, se acerca al perro que gime y le lame el
hocico. Él vuelve a mover la cola porque no la conoce.
Ella, que es una
artesana de la seducción felina acaricia el lomo del perro de pie de mesita de
roble, lo hace con las almohadillas de sus patitas aterciopeladas. Él, abre los
ojos bien grande y vuelve a ladrar tres: ¡ guau guau guau!, pero esta vez en un
idioma que solo los animales comprenden.
Incluso yo.
Ana Danich
jueves, 10 de julio de 2014
PEQUEÑOS POEMAS A MARÍA C
*
Hay una lágrima que cae
se incendia
entre la llama y el hielo
amiga amiga
no caigas...
*
me pedís que duerma
¿cómo?
amiga amiga
si desde el techo llueven muertos
*
ni whisky ni humo
amiga
podrán resucitarme
*
solo cuando amamos
dijiste
amiga
amamos solo cuando
nos resucitan
*
una gaviota me rozó
con sus alas de fuego
amiga
soy un mar que sangra
ana danich
Hay una lágrima que cae
se incendia
entre la llama y el hielo
amiga amiga
no caigas...
*
me pedís que duerma
¿cómo?
amiga amiga
si desde el techo llueven muertos
*
ni whisky ni humo
amiga
podrán resucitarme
*
solo cuando amamos
dijiste
amiga
amamos solo cuando
nos resucitan
*
una gaviota me rozó
con sus alas de fuego
amiga
soy un mar que sangra
ana danich
lunes, 7 de julio de 2014
HERIDA
Si fuera un titán, mi vida
me arrancaría la
lengua
y la cosería en tu boca
para que me nombraras
pero soy un pájaro herido
mudo en mi jaula
solo eso, mi vida
y digo no.
Ana Danich (de: Contemplación)
martes, 1 de julio de 2014
DULCES SUEÑOS
-Estamos solos, gil- le
responde mi amigo a un amigo que le cuenta sobre una amante que lo abandonó
hace unos días.
El tipo masca un chicle
y escupe su saliva en la pantalla, espera que su amigo le responda, pasan los
minutos y nada. Se levanta y va directo al balcón minúsculo, enciende un
cigarrillo, camina seis pasos hacia un extremo, vuelve sobre sus pasos, mira el
muro del edificio de al lado que se levanta ante sus ojos, lo ve arruinado. Le
recuerda a él.
Vuelve para ver si su
amigo le respondió. Piensa que tal vez el otro ha tenido una urgencia que lo
hizo desistir de responder. O quizás está pensando que decirle. Espera
pacientemente mientras el minutero avanza impasible con ese tric trac de
hierros vencidos; el mismo ruido que hacen sus dientes cuando la madrugada
avanza y el sueño que está sentado cómodamente en la mesa de luz lo mira burlándose como un clown que disfruta viéndolo padecer. Piensa en sus huesos que se asemejan a ese
reloj desvencijado, atrapado por un tiempo que se ha ido esfumando sin que él
haya tomado nota.
Piensa en aquellos que miraban el programa: “Solos en la madrugada” de la Tv española, hace 36 años, e intenta recordar las palabras
de los que como él alguna vez hablaron de la agonía que sintieron cuando se
sentaron frente al micrófono. Ahora, (se
lamenta), todo eso que sentí alguna vez se transformó frente a una pantalla de Pc, que nos traga como si fuéramos animales
desollados y metidos en esa máquina que
nos tritura como a un pedazo de carne inservible.
-A nadie parece
importarle, che.- reclama para sus adentros.
Su interior es un
territorio que implosiona con un
estruendo que rasga la pared de sus cavidades. Cientos de bombas estallan dirigiendo
esquirlas a las zonas más sensibles. La espera se convierte en un aliento
nauseabundo que cae como una bruma sobre su cuerpo.
Mientras espera se
distrae mirando fotos y piensa en los que están del otro lado. Enceguecido por
el resplandor de la pantalla cierra los ojos, su cabeza cae hacia adelante y de
su boca pende un hilo de saliva que se desliza lentamente hasta impregnar el
cuello de su camisa. Lentamente la tela va humedeciéndose hasta pegarse en el
pecho. Percibe el olor amargo que se ha
formado entre el contacto del líquido pegajoso y el sudor de su cuerpo. El
hedor lo hace reaccionar. Levanta la cara justo en el momento en que por la
pantalla pasa un rostro amoratado. Es el de un hombre de 50 años con la cara ametrallada
en algún lejano país de medio oriente. Confundido no sabe si está atravesando
el entresueño o es el reflejo de ese hombre que muere con una piedra en la
mano.
El minutero avanza disparando diez Drones cargados de misiles. Sobrevuela un
estado de guerra adentro de su cabeza.
Regresa al balcón, enciende otro cigarrillo y mira nuevamente el muro gris que se yergue frente a sus ojos.
-Ésta es una pared del
tiempo de ñaupa, che - Dice, hablándose a sí mismo.
Examina con un ademán
la altura del muro como lo hace cada madrugada.
Se calza las botas y
sube los 10 pisos hasta la azotea. Un viento golpea su cuerpo que se bambolea
como el nido de un bicho canasto. Grita,
¡amada mía!, creyendo que tal vez el viento oficiara de mensajero. –Pobre iluso-
susurra con un gesto inhumano masticado entre los dientes.
-Estamos solos…che.- Repite.
(Las cosas que hace la gente cuando se enamora)
Un segundo antes…
vuelve a gritar. -Dulces sueños, querida
mía.
-¡Dulces sueñooooooooooooooooos!-
Ana Danich (de: Veinte Cuentos en Cuclillas)
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