SOLO LAS PALABRAS QUE MERECEN EXISTIR, SON LAS PALABRAS MEJORES QUE EL SILENCIO.

sábado, 12 de julio de 2014

HISTORIAS DE INDIA - ANIMALEANDO


Reportando humedad, llovizna y frío. No afuera, sino adentro. Mi  gata desquiciada, salta entre los cables mojados de mi ciudad interior, ¿es necesario decir que es negra?...

La mañana de este sábado zigzaguea como una serpiente de agua entre los muros que alguna vez fueron rocas.  La serpiente no tiene veneno, pero el hombre la mata, por las dudas. Suelen tragarse a los pichones escondidos en sus nidos,  dicen los hombres temiendo ser devorados  por ella y por eso la matan.

Mi gata, de la que no es necesario decir que es negra, también zigzaguea y salpica manchas de sombras en la pared,  parece una serpentina de la noche que  deja su estela en el aire cuando entra por la ventana. El aire de hoy es ciclotímico, ahora se le ocurrió teñir de ocres la luz de una lámpara arrinconada en la mesita de madera con pie de perro.

El perro que es pie de  mesita, ladra tres: ¡guau guau guau! en tono lastimero, él sí que se siente prisionero de la madera tallada. Me acerco y le acaricio la cabeza, el mueve la cola de madera de roble y gime.

India que no es ninguna hindú sino una india con sus patitas mojadas en el río Paraná, se acerca al perro que gime y le lame el hocico. Él vuelve a mover la cola porque no la conoce.

Ella, que es  una artesana de la seducción felina acaricia el lomo del perro de pie de mesita de roble, lo hace con las almohadillas de sus patitas aterciopeladas. Él, abre los ojos bien grande y vuelve a ladrar tres: ¡ guau guau guau!, pero esta vez en un idioma que solo los animales comprenden.


Incluso yo.

Ana Danich


No hay comentarios:

Publicar un comentario