"Una monstruosa ironía de la vida es la de transformar por una noche al hombre, en lo que íntimamente fue, es y será por los siglos de los siglos, una abominación de la naturaleza, la sofisticación de su lenguaje en algunos casos no logra ocultar su grandioso modo de destruir todo lo que posee a su paso, y aunque al día siguiente vuelva a ponerse la máscara, la huella del daño hecho, queda marcada inexorablemente en el alma de sus víctimas"
Tus palabras pueden ir en muchas direcciones, son como un enunciado que deja al debe alguna concreción casuística. Dicho de otro modo, me gustaría saber concretamente aquello que las motivó. Así, al leerlas elucubro miles de posibilidades y quizás esa sea tu intención al escribirlas. De cualquier modo, muy interesante, atingente y contingente.
ResponderEliminarYa no recuerdo que motivó este escrito, seguramente alguno de los actos de brutalidad realizada por los hombres. Lo que más me mortifica es la hipocresía de los individuos, solo nos diferencia de los monos las abstracciones que logramos realizar, el significado de tiempo y espacio, el deseo y el lenguaje forman parte de ese 1% cromosómico que nos diferencia, y como digo, detrás de la máscara se oculta toda la brutalidad y el poder de destrucción que la perversidad del pensamiento humano construye desde que comenzaron a erguirse.
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