SOLO LAS PALABRAS QUE MERECEN EXISTIR, SON LAS PALABRAS MEJORES QUE EL SILENCIO.

martes, 27 de septiembre de 2011

Abstinencia


Dos palomas juguetean en el alfeizar de mi ventana, detrás del marco, el cielo gris, como una bóveda plomiza lastimada por los cables que zumban en los intersticios citadinos de una orbe decadente, hiere la mirada perdida en el horizonte, el desconcierto de la tarde sacude la hora en que siento que ya nada es importante, ¿ya nada importa? ¿o es  la gota diaria de tristeza  la que destella allí donde habita el dolor? cae otra gota y otra y otra...¿cuál de ellas sucumbirá en el nudo tejido de la espera? afuera el viento es un torbellino de prisa y angustia contenida, siluetas que se mueven autómatas en la marea humana del descontento, ¡todo es vanidad! , maquillaje de rostros sin lamento, somos una larga espera sometida al devenir de un tiempo que nos amortaja lentamente; ¿somos?
amd

2 comentarios:

  1. Debe haber una explicación científica para que el atardecer sea sin duda, la hora del día más cargada de melancolía. Creo que tiene algo que ver con la disminución de la luz solar. Porque es el atardecer, ni siquiera la noche. Como si sintiéramos avanzar la sombra sobre nosotros, como espectro aterrorizante, negra mortaja.
    Las calles urbanas a esa hora del hastío son la mayor muestra del vacío del hombre en medio de los hombres. Como tú bien narras, los seres parecen autómatas carentes de afinidades y sentimientos.
    Curiosamente tus últimos post están muy relacionados, como con un hilo invisible que los conecta.

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  2. Sin embargo esto lo escribí a la hora de la siesta, en mis años de juventud me invadía la melancolía cuando avanzaba la noche, en la actualidad es todo lo contrario, "la noche es mi aliada para reencontrarme" ¿recuerdas? es un verso de mi poema "sin título", la noche trae el sosiego a mi vida, lo diurno es lo que más me acongoja.

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