Las agujas tiranas del reloj
señalan que el plazo ha vencido,
mis párpados se resquebrajan
lentamente
Aprendí a conocer el sentido
implacable de la vida
en estas horas de silencio
Agoniza la tarde sobre las anchas
veredas del crepúsculo,
la luz póstuma del sol
languidece imperceptible
Afuera el torbellino
recorre las sombras de la tarde,
el viento galopa inquieto
buscándote
El viento me traerá tu voz
en el murmullo lejano
que araña mi piel sin
tregua
Consumirme en la hoguera
de vívidos momentos
imaginando tu presencia,
obstinada entrega
que no logré brindarte
Soledad y agonía
que no supe quitarte
cuando tu clamor por mí
ahorcó
mis ansias desmedidas...
amd
Magnífico poema Ana, de plena madurez poética. Me identifica plenamente. Te lo voy a pedir prestado para llevarlo a mi blog.
ResponderEliminarBueno! la verdad es que si tuviera que calificarlo, no diría que es magnífico, es un poema simple que habla de amor. De todos modos si te gustó puedes llevarlo, para mí sería un honor, aunque repito que no me parece el mejor. Lo importante es cómo te suena al oído, eso es para mí lo más importante. Gracias !!
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