“Las
callecitas de …
Tienen ese
que sé yo” ¿viste?
Salís por Santa Fe, en
horario bancario
y los autómatas te dan
un guiño
atropellando
manoteando escapando
nadie te registra
sos un alma perdida en
la inmensidad
la ciudad te escupe la
ciudad te ignora
la ciudad
lastima.
Cientos
miles que pasan sin
verte ni encontrarse
la miseria de la
alienación
la ceguera del
egocentrismo
¡dale idiota! No ves
que la vieja tiene
que cruzar la calle?
Dale vieja, ¡dale!
¡Dale! ¿no ves los
autos arremetiendo
sin importarles la
edad, el no-vidente
el niño desprevenido,
el perro sin dueño?
¡Dale!. Que si te
apuras, llegarás primero
¿Dónde?. Ni siquiera
vos lo sabes,
Pero debes llegar,
todos tienen que llegar
llegar…llegar…, a
ninguna parte.
Busco la vereda
umbría,
Baldosas rotas
Contenedores/podredumbre
Carteles anunciando
¡se vende!, se vende
todo
se venden las putas de
mirada sombría
se vende el banquero,
se vende el joyero
se vende la paciencia,
por centímetros.
Ay de mí, no se como
llegar,
pisando baldosas
flojas,
pisando mierda humana:
de perros, de gatos,
de aves, de insectos,
de mendigos pernoctando
debajo del alero…
no se como llegar
voy a tres cuadras
nomás
que se convierten en
cien
voy con mi mochila de
agravios
voy con mi síndrome de tourette
¡hijo de puta mal
parido!
¿no ves a la
embarazada
que vende medias en la
esquina?
con los cuatro críos
que corren
mocosos y malolientes,
abriendo la mano
que no cerrarán jamás?
Que le vas a hacer
son negros de la villa
dice la señora del
cuartoA
mientras despliega sus
dedos
de mono enjoyado
apuntando hacia la
pobre mina
que se gana la vida
vendiendo medias
que no sirven para
nada,
y vos vieja de mierda
que no sabes ni como
se lava
un par de medias
¡que asco de vieja
morbosa!
¡que asco de
humanidad!
¿humanidad?, no señor,
gracias,
Humanidad era la de mi
Madre.
Esquivando voy,
esquivando.
Esquivando el
escupitajo maligno
del señor trajeado
que se cree dueño del
mundo
y dueño de la vereda
que todos pisamos,
esquivando voy, la
moto homicida
que cruza semáforos en
rojo
porque todos los hacen
¿viste?
Esquivando voy
esquivando la mala
suerte
de haber nacido acá,
de vivir
en una ciudad
contaminada
de vulgaridad y
egoísmo,
keselevaser,
las grandes ciudades
son hijas del espanto,
del maltrato,
del miedo al negro,
que seguro,
saca un arma y te caga
de un tiro,
dice la señora del
cuartoA.
¡Pobres negros!
Si ellos no saben
que el espanto está
en la mirada turbia de
algún funcionario,
ni siquiera entienden
por qué el comerciante
le paga al funcionario
para que lo corran de
un espacio público,
porque él cree que es
su espacio,
su propiedad privada,
su campito de soja mal
parida
y mal habida,
glifosato para los
idiotas…
¡Pobre negro!
Si vos que no naciste
acá,
en esta ciudad de
espectros,
no sabes como volver a
tu pueblo
de veranos apacibles
y árboles silvestres,
si vos fuiste
implantado
en este cementerio
agónico
que calienta tu casa,
en el sopor de la
humedad pampeana,
si vos ni siquiera tenés
derecho
a bañarte en la playa de arenas doradas,
¡eso no es para vos,
negro!
bañate en el arroyo
contaminado
o no te bañes, total
seee igual!
Ah, noche negra de
desconsuelo,
Ah, miserables hombres
que te habitan.
Pero hay que salir
hay que salir al día y
a la noche
hay que avanzar
hay que ser como ellos
no mirar
no escuchar
no importarte nada
nada
total, la nada está
ahí
esperándote en el
umbral
que te escupe a la
calle
para no seas
ni veas
ni vivas…!
Ana Danich 12 abril
2011
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